Cuando los cambios te vienen dados y no son elegidos ni
deseados por ti, lo normal es estar un tiempo desorientada y bloqueada. No
sabes muy bien hacia dónde dirigirte ni por qué medios, se han roto todos tus
esquemas y reina la confusión en tu cabeza. Eso a parte del dolor y el desgaste
emocional que llega a ser incluso agotamiento físico y se puede caer también en
la apatía.
Nadie dijo que fuera fácil volver a levantarse y echar a andar pero lo primero es querer hacerlo. Muchas personas pueden ayudarte o acompañarte en el camino pero el mayor esfuerzo es el de uno mismo.
Piensa que tienes la fuerza necesaria, que está dentro de ti. Convéncete de que es el momento de volver a marchar, toma aire y adelante, un pasito detrás de otro. No se trata de una carrera ni de ir dando saltos, se trata más bien de pasear e ir disfrutando de todo lo que te salga en el camino. No fijes tu vista en el destino del viaje, ya llegará, mientras sácale el jugo a todo. Si alguna vez necesitas sentarte y descansar, hazlo, de vez en cuando hay que reponer fuerzas para continuar.
Nadie dijo que fuera fácil volver a levantarse y echar a andar pero lo primero es querer hacerlo. Muchas personas pueden ayudarte o acompañarte en el camino pero el mayor esfuerzo es el de uno mismo.
Piensa que tienes la fuerza necesaria, que está dentro de ti. Convéncete de que es el momento de volver a marchar, toma aire y adelante, un pasito detrás de otro. No se trata de una carrera ni de ir dando saltos, se trata más bien de pasear e ir disfrutando de todo lo que te salga en el camino. No fijes tu vista en el destino del viaje, ya llegará, mientras sácale el jugo a todo. Si alguna vez necesitas sentarte y descansar, hazlo, de vez en cuando hay que reponer fuerzas para continuar.
He aprendido a caminar sola, a veces solo doy pequeños
pasitos,… y otras cojo carrerilla. Básicamente el estado anímico y mis
circunstancias es lo que me impulsan o me paralizan.
… Me
imagino un entorno familiar (que ya no tengo). Recordaba cuando en casa
éramos todos/as una piña. Sentía el amor, el calor humano, una estabilidad
emocional, pues me sentía muy querida. Y recordé que nunca tuve que pedir una
mano,…pues siempre había alguien que me la daba…. O bien esos abrazos que eran
como inyecciones de vitalidad y pura energía de amor.