lunes, 21 de abril de 2014

La frontera entre el mundo real y el virtual.




Hay una frase que dice: “No son todos los que están, ni están todos los que son”.
Se refiere a que ni todos los que están en un hospital psiquiátrico son ‘locos’, ni todos los locos que existen están encerrados.
Psicópatas hay en todas partes: manejando un transporte público, administrando una empresa o gobernando un país. Allí, donde menos se los espera puede haber alguien que padece una psicopatía: un trastorno antisocial de la personalidad. Claro que esto no implica necesariamente que esas personas sean ‘malas’, simplemente que no sienten empatía por el prójimo ni remordimiento por sus actos, con todo lo que esto significa. Viven bajo sus propias reglas, y solo sienten culpa cuando rompen con su código.

El psicópata es un manipulador, que sabe exactamente lo que nos mueve y cómo manipular e influenciar nuestros sentimientos.

Poseen el talento de ver dónde hay mujeres “amables, cariñosas”.

La mímica es a menudo utilizada para convencer a los otros de que el psicópata es un ser humano normal. Él hace esto para crear una falsa empatía con su víctima. El psicópata intentará hacerle creer a Usted que tiene emociones normales, contando alguna historia triste o profesando experiencias profundas, conmovedoras; la verdad es que la mayoría de los psicópatas pasan por la vida como en una incubadora, emocionados por poca gente y sin sentir ninguna verdadera compasión hacia los demás; pero mentirán para convencerlo de que poseen emociones normales.

El factor de la compasión es una razón por la cual las víctimas se enamoran a menudo de esta "pobre” gente.

La mentira para el psicópata es como la respiración. Cuando se los pilla en alguna mentira y que son desafiados, inventan nuevas mentiras, y no les importa ser descubiertos. Como Hare plantea:

"La mentira, el engaño, y la manipulación son talentos naturales en los psicópatas... cuando son pillados en alguna mentira o desafiados con la verdad, rara vez quedan perplejos o desconcertados - cambian simplemente sus historias o procuran remoldar los hechos de modo que parezcan constantes con respecto a la mentira. El resultado es una serie de declaraciones contradictorias y un oyente profundamente confundido." [Hare].

A menudo, su comportamiento sirve para confundir y para reprimir a sus víctimas, o para influenciar a cualquier persona que llegue a escuchar la versión del psicópata sobre la historia.

La manipulación es la clave de sus conquistas, y la mentira es una forma de alcanzar esto.

Un ejemplo casi divertido de cómo mienten los psicópatas puede ser el de un hombre cuyas huellas fueron descubiertas en la escena del crimen. "No, ése no es mi pie" dijo, aunque todos sabían que estaba mintiendo.

Así es cómo los psicópatas operan. Negarán la realidad hasta que sus víctimas sufran de una crisis nerviosa. A menudo, el psicópata se volteará hacia la víctima y afirmará que ésta “está soñando” y que posee un desequilibrio mental.

Para los psicópatas las personas son cosas, objetos que sirven para satisfacer sus propios intereses. Si su ‘programación’ no implica lastimar al otro, no lo harán. Y podrán vivir en comunidad porque comprenden los códigos sociales. Se adaptan. Lo terrible sucede cuando no pueden evitar hacer daño. Pero la mayoría no comente delitos, aunque no tienen reparos en mentir, manipular o lastimar para conseguir lo que tienen en mente.
Cuando sí delinquen, desde un punto de vista penal, como conscientes de sus actos, son imputables. Pero a diferencia de un reo normal, no existe posibilidad de corregir su conducta por lo que la rehabilitación se basa en fomentar una forma de vida que les reporte beneficios y evite penas.


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